Permíteme presentar la cruz y la imagen de María a las naciones como signo de redención, para que nunca se dividan los dos que son uno en el plan de amor del Padre. Que Schoenstatt sea siempre vuestro fiel instrumento, inscribiendo vuestros nombres, juntos, en los corazones humanos, para que el reino de Satanás sea verdaderamente destruido y en el Espíritu Santo aumente la gloria del Padre.
Amén.
Hacia el cielo 332 – 333
Concédeme entregar a los pueblos, como el signo de redención, tu cruz, Jesucristo, y tu imagen María. ¡Que jamás nadie separe lo uno de lo otro, pues en su plan de amor el Padre lo concibió como unidad! Por siempre permanezca Schoenstatt como fiel instrumento que os inscriba unidos en el corazón de los hombres: así se destruirá eficazmente el reino de Satanás, y, en el Espíritu Santo se acrecentará la gloria del Padre. Amén
Hacia el Padre 332 -333